Hace 20 años, Uruguay atravesaba una de sus crisis económicas más profundas, con graves derivaciones sociales. El 31 de julio de ese año, el Poder Ejecutivo definió un feriado bancario de cuatro días para intentar cortar con la sangría que por esas horas vivían los bancos de plaza.
Días antes, Alberto Bensión dejaba su cargo como ministro de Economía y Alejandro Atchugarry llegaba a esa cartera en el peor momento.
No está precisamente claro dónde comenzó la crisis. Si fue por los efectos internacionales, las decisiones que se tomaron en Argentina o la acción de empresarios estafadores que pusieron a sus bancos y sus clientes en jaque o una deriva de todo junto.
Banco intervenidos, dólar sin banda de flotación, caída de reservas, riesgo país por las nubes y desempleo a nivel histórico y un retroceso del PBI que se acumuló de años anteriores, era parte del panorama de esos días.
¿Cómo llegó Uruguay a vivir aquella crisis? ¿Cuál fue el camino de salida? ¿Qué aprendimos de esa situación?
En diálogo con el programa «Otra Mañana», Max Sapolinski, actual director del BROU, subsecretario de Economía en 2002 se refirió a lo vivido esos días.
«Una crisis de la envergadura de la de 2002, no se da por un único motivo (…) son producto de la caída de la confianza (…) la corrida bancaria se prolongó insólitamente», dijo el jerarca, quien además agregó que no recuerda si hubo antecedentes en el mundo de una corrida bancaria de 6 meses, «como la que nos tocó«, dijo.
Sapolkinski sostuvo que el esquema planteado para salir de la crisis pasaba porque Uruguay preservara su credibilidad «el gran objetivo era cumplir con las obligaciones y salir de esa situación», expresó. Allí según el actual director del BROU «el canje de deuda también marcó un punto de inflexión».
El exsubsecretario, también recordó que en ese momento el Fondo Monetario Internacional (FMI) no tenía claro cómo encaminar la situación y estaba decidido a declarar el default de Uruguay. Según el jerarca Uruguay se transformó en una especie de «conejillo de indias» a través del cual el organismo internacional quería evidenciar que el único camino para salir de una crisis era vía. Algo que finalmente no ocurrió.
Para Sapolinski «La actitud del pueblo uruguayo fue ejemplar» y jugó un papel fundamental así como la figura de Atchugarry «Creo que Atchugarry se constituyó en el protector de todo el país (…) La credibilidad que generó Atchugarry, no sé si alguien más la podría haber generado», sentenció.
Foto: La Mañana