El jueves, Uruguay emitió un Bono Indexado a Indicadores de Cambio Climático por 1500 millones de dólares en el mercado, que fue calificado como “pionero” por la ministra de Economía, Azucena Arbeleche.
Uno de los objetivos de la operación, fue vincular la estrategia de financiamiento soberana con los objetivos ambientales de Uruguay, implementando un nuevo mecanismo simétrico de ajuste en la tasa de interés que indexa el costo de capital al logro de las metas climáticas y de conservación del capital natural del país.
Según el ministerio, el diseño de este bono son el resultado del esfuerzo conjunto entre varios ministerios la asistencia técnica y financiera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Pero ¿Qué implica este nuevo instrumento?. El mismo está ligado a dos indicadores. El primero reducir 50% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2025, con respecto a 1990 y el segundo es mantener el 100% del área de bosques nativos para 2025.
En diálogo con «Otra Mañana», Agustín Inthamoussu, CEO de Climit, Ingeniero Agrónomo, Máster
en Dirección y Administración de Empresas, indicó que «Lo que hizo de novedoso Uruguay, es que la tasa de interés está sujeta a cómo nos va en temas ambientales».

Agregó que «Uruguay está apostando a ir a un tipo de inversionistas diferentes» y enfatizó que eso «nos está abriendo las puertas a un tipo de financiamiento que antes no teníamos».