Este próximo 2 de noviembre estaremos conmemorando a los fieles difuntos.
El origen de la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos se remonta al 2 de noviembre del año 998. Fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Francia. A partir del siglo XVI fue adoptada en Roma y comenzó a conmemorarse entre los católicos de todo el mundo.
En la homilía del año pasado en el Cementerio del Norte, el arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, dijo:
“Estamos hechos para la gloria. El Señor hizo el Cielo para que estemos todos, tenemos un lugar reservado allí. ¡Qué ilusión debe tener Jesús en recibirnos y que ocupemos
nuestro lugar!”.
Para Sturla el significado del 2 de noviembre es claro: amor y esperanza. Pero esta fecha se celebra de diferentes modos en distintas culturas y puntos geográficos; por ejemplo en México.
Compartimos la mesa de conversación en Otra Mañana en la que participaron el padre Fabián Rovere, director pastoral de Radio Oriental, Jorge Hernández Saab, encargado de Asuntos Culturales, Multilaterales y Cooperación Internacional de la embajada de México en Uruguay y el doctor en Filosofía, máster en Bioética y profesor del Departamento de Humanidades de Universidad Católica del Uruguay, Miguel Pastorino.